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sábado, 20 de julio de 2013

Evaluación de la calidad de carreras virtuales universitarias en función a tutores, estudiantes y contenidos a nivel nacional e internacional

Una aproximación al análisis de los aportes de la educación virtual en la formación superior de calidad.


Compartimos las ideas de Tunnermann (1999) cuando afirma que: “La educación superior y la Universidad como parte de ella, debe ser capaz, como lo ha señalado Henri Janne, de llevar a cabo la permanencia de la educación a su nivel. Y advierte: “La necesidad es tan urgente que si la universidad fallara en esta nueva misión surgirán sustitutos funcionales para hacer lo que ella no habría sido capaz”.

Continua diciendo  que: “se repite con frecuencia, que las universidades nada podrán hacer frente a estas nuevas responsabilidades si no hechan mano de la moderna tecnología educativa, de modo especial de los métodos de educación a distancias. Pero también se argumenta que no es conveniente  que toda la educación permanente sea “a distancia”. La presencia en la universidad de esta población adulta y madura, con toda su experiencia vital, puede ser un valioso ingrediente  enriquecedor de la vida universitaria  que no debe desaprovecharse”.

La internalización de la educación  y la misión de las instituciones de educación superior (IES), nos presenta un gran desafío ¿cómo lograr que más personas tengan acceso a una educación superior de calidad?, el uso de la tecnología se convierte en una alternativa viable para acortar distancia, superar las limitaciones de tiempo, lograr formar más estudiantes con el presupuesto existente, todo esto sin socavar las exigencias académicas, el logro de los objetivos, el desarrollo de competencias y la demostración de capacidades establecidas en el currículo.

 Según del Director del Centro de Investigación Desarrollo e Innovación en Tecnologías de la Información y las comunicaciones (CIDITIC) Ramfis, M. (2013): “La educación virtual ha transformado a nivel de pregrado y postgrado la manera en que el estudiante pueda recibir sus cursos a distancia sin estar físicamente en el aula de clases.  

Esta ventaja que nos da la tecnología de la información y las comunicaciones hace que cada día más se acrecenté esta forma de educación debido a que los estudiantes no pueden trasladarse al centro de educación superior ya sea por trabajo, distancia en el hogar hacia una región (provincial o país). 

 Los cursos virtuales utilizan videos, foros, chat, wiki, herramientas donde están alojados los cursos (por ejemplo en una plataforma como Moodle) donde el estudiante podrán aprender y realizar sus actividades, por lo que la educación virtual es una alternativa para los centro educativos de educación superior, institutos y de universidades corporativas para la formación del individuo”.

 El 28 de octubre de 2011, se aprueba en Panamá  el Decreto 949 "Por el cual se reglamenta el funcionamiento de universidades e instituciones de educación superior a distancia  y la implementación de planes y programas de estudio a distancia", forma jurídica que justifica la implementación de las TIC´s en el desarrollo de las carreras semipresenciales y a distancia.

 De acuerdo al Ing. Fuentes (2013): “se puede afirmar que la educación virtual ha contribuido con grandes aportes, como por ejemplo, acorta distancias, genera y procura una participación más activa del estudiante, ya sea a través de herramientas tecnológicas o plataformas. Igualmente ha contribuido a generar mejores formas de contacto y metodologías tanto de enseñanza como de aprendizaje.

El docente por una parte debe realizar una planeación de su curso con elementos importantes (forma de contacto entre los participantes, herramientas de comunicación, actividades de aprendizaje, etc.) y por otra parte, el estudiante debe establecer la forma de interacción con el medio que le permite consultar contenidos, al docente y a sus compañeros.

En el aspecto de la distancia, ha permitido que muchos profesionales logren formarse en diferentes universidades e institutos de clase mundial, y ha permitido establecer una oferta tanto 100% en línea como semipresencial. Acceder a expertos de gran renombre y experiencias es un aporte de gran valor en la educación virtual y ha permitido que muchos programas se modifiquen para llegar a un número considerable de estudiantes".

 

Referencias Bibliográficas

Libros

Bernal, J. B. (2009). Universidad, Globalización y Heterogeneidad institucional.   Panamá: UDELAS.

 
Tünnermann B., C. (1997). La Educación Superior frente al cambio. Costa Rica: EDUCA/CSUCA.

 

Diccionarios

 Diccionario de la Lengua Española (RAE). (2001). España: ESPASA LIBROS, S.L.U.

 

Papers consultados

 Águila Cabrera, V., (2005).  El Concepto calidad en la Educación Universitaria: Clave para el logro de la competitividad institucional. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653). Consulta al sitio http://www.rieoei.org/calidad7.htm, el jueves 3 de julio de 2013.
 

 

 

miércoles, 17 de julio de 2013

Acreditaciones, ¿excelencia o subsistencia?

11 | 07 | 2013

Nivia E. Gutiérrez D. / Docente de la Universidad Autónoma de Chiriquí (opinion@epasa.com) / 



Las tendencias de gestión y calidad plantean la necesidad de elevar los estándares tradicionales de la enseñanza superior en Panamá para que los egresados de las instituciones educativas superiores (IES) sean competitivos en un plano global. En atención a esta necesidad se aprueba la Ley 30 del 20 de julio de 2006, que crea el Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación para el Mejoramiento de la Calidad de la Educación Superior Universitaria.

Las instituciones de educación superior iniciaron, hace aproximadamente tres años, un proceso de evaluación institucional para ser acreditadas, el mismo implica un compromiso con la mejora de la gestión y calidad de todos sus procesos, con el fin de cumplir con la ley, decretos y los estándares establecidos a nivel nacional por el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria de Panamá (Coneaupa).

Al superar la primera etapa y obtener la acreditación institucional, las IES deben dar seguimiento al plan de mejoramiento institucional (PMI), que se convierte, a nuestro criterio, en el instrumento que contribuye al aseguramiento de la calidad en las IES panameñas, ya que presenta el desafío de mejora continua del nivel de cumplimiento de los indicadores y estándares mínimos establecidos por el Coneaupa, con miras a la reacreditación institucional y también a la evaluación y acreditación de las carreras que se ofertan, proceso en el que se encuentran las universidades acreditadas.

Bernal, (2009) que afirma que: “los países que más invierten en educación de calidad y en ciencia y tecnología, y cuentan con instituciones políticas y sociales, estables y eficaces, tienen mayor ventaja de aprovechar las oportunidades de la globalización que aquellos donde prevalece la inestabilidad institucional y la formación del capital humano que se encuentra rezagada”.

Ante lo expuesto, surge la interrogante ¿qué entendemos por calidad de la educación superior? ¿Es la acreditación un reconocimiento a la gestión y la calidad de nuestras instituciones educativas superiores?
Ante estas interrogantes nos remitimos a las experiencias de las universidades que no solo han logrado ser acreditadas, sino también reconocidas a nivel nacional y en ocasiones hasta internacional por la gestión que realizan en sus actividades de docencia, investigación, extensión o en sus procesos administrativos.

De igual manera, en esta ardua tarea, se cuenta con el respaldo de la Red Iberoamericana para la Acreditación de la Calidad de la Educación Superior (Riaces) que promueve entre los países iberoamericanos la cooperación y el intercambio en materia de evaluación y acreditación de la calidad de la educación superior, y contribuye así a la garantía de la calidad de la educación superior de estos países.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE, 2001) la calidad es la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor”. Por otro lado, El Centro Interuniversitario de Desarrollo (Cinda, 1994), define calidad de la educación superior como “un conjunto de cualidades de una institución u organización estimadas en un tiempo y situación dados”.
La calidad de la educación superior debe verse desde una perspectiva diferente a las prácticas tradicionales, de la cuestionada autonomía, que por muchos años se dieron en nuestras IES.

Latapí, citado por Tünnermann (1997), “estima que es necesario entender la calidad como una convergencia de los cuatro criterios que suelen servir de referencia para evaluar el desarrollo de la educación: relevancia, eficacia, eficiencia y equidad”.

Se puede afirmar entonces que la calidad abarca todos los procesos universitarios, los cuales son indicadores y marco de referencia para emitir juicios sobre el quehacer universitario, que pretenden en el caso específico de la acreditación la mejora continua y control de la proliferación de universidades que no responden a las necesidades de la sociedad.

No se debe concebir a las universidades como guardianas y transmisoras de contenidos, ni a la gestión de la calidad como una labor separada de la excelencia académica, la pertinencia y el impacto social. Encontramos entonces una salida oportuna en las matrices de evaluación interna y externa, herramientas fundamentales para valorar desde diversas perspectivas del quehacer universitario.

Se requiere el compromiso de todos los que convergen en esta ardua tarea, con miras a responder a las necesidades de la sociedad y cumplir con la misión, visión y planes estratégicos de todas y cada una de las IES que forman los profesionales que dirigirán, desde diversos ejes de acción, el rumbo de nuestro país.

La acreditación no es una opción, es la opción que tenemos si apostamos a la excelencia de la educación superior y no la vemos como una carrera por la subsistencia.

http://www.panamaamerica.com.pa/notas/1611900-acreditaciones-excelencia-o-subsistencia